Hay un teléfono público acá cerca de casa que es víctima de las conversaciones mas atroces. Que sin llegar a atormentar su espíritu acosan, por lo menos, su intelecto (si es que tal cosa existe en un télefono)
Matilde: Mirá Mateo, vos ya sabes que es lo que te espera si no volves a casa.
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Matilde: No me interesa como escapó, vos TENES que volver a casa.
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Matilde: Yo te dije que esa caja no podía contenerla!
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Matilde: Pero, Mateo... ¿EN QUE ESTABAS PENSANDO? ¿Como la dejaste salir a hacer pis?
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Matilde: ¿¿Y COMO MIERDA HIZO PARA SALTAR LA MEDIANERA?? ¡¡TENIA ASERRADAS LAS PATAS, MATEO!! ¡¡ASERRADAS LAS PATAS!! ¡¡¿¿COMO CARAJO HIZO PARA SALTAR UNA PARED DE DOS METROS??!! ¿¿ACASO SE TREPO CON LOS MUÑONES??
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Matilde: Bueno, es sencillo. BUSCALA, pero a las diez TE QUIERO EN CASA. ¿Esta clarito?
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Matilde: ¿¿Y yo como mierda voy a saber??0 ¡¡LLAMALA POR SU NOMBRE!!
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Matilde: ¡¡Graciela, boludo!! ¡¡LA VIEJA SE LLAMA GRACIELA!!
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Matilde: Mira, todo esto lo hicimos por vos. No entiendo porque mierda te hiciste el bueno. Hay algo que es claro... A mi no me importa en que geriátrico busques, pero esa vieja la quiero ver de vuelta en su caja. Acordate que le compré al Berto 12 kilos de aserrín que si no aparece me tengo que meter en el culo. YA. Bueno, A LAS DIEZ EN CASA. Nos vemos mas tarde.
El teléfono se estremece y suelta un largo suspiro que se funde con el viento.
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